Realizó esta larga investigación para verificar el método de los pronosticadores habituales en la sociedad, políticos, periodistas, empresariales… Finalmente sacó en conclusión que eran un poco más precisos que el azar.

Pero los peores eran los que salían habitualmente en los medios de comunicación que nadie se preocupaba de analizar después sus predicciones, porque además estas eran imprecisas por falta de exactitud en sus parámetros y porque no se ceñían a un tiempo adecuado para cumplirse.

En 2011 Tetlock fue elegido para codirigir el Torneo de Pronósticos Geopolíticos de la IARPA, en el que se reclutarían miles de voluntarios que quisieran ser pronosticadores de eventos sobre geopolítica y geoeconomía. Los organizadores también confiaron en él como uno de los científicos lideres de los 5 grupos que competían, con el objetivo de idear métodos innovadores y mejorar los procesos de pronosticación. También hubo voluntarios que participaron de manera individual. 

Fue muy sorprendente, porque los pronosticadores que habían participado en los equipos de los científicos cuando trabajan con la formación adecuada, hacían mejores predicciones que de manera individual. El resultado fue que un 2% de todos los participantes se convirtieron en Superpronosticadores, siendo mejores incluso que los analistas de inteligencia que tenían información más especializada de las preguntas que formulaban desde el torneo para predecir. Esto fue así porque al recibir formación su capacidad de eficiencia aumentó entre un 6% a un 11% en los 4 años siguientes. Y al ser equipos sus resultados aumentaban un 23% frente a los individuos que trabajaban solos.